La toma de Pointe du Hoc por parte de un grupo de Rangers del ejercito americano el día D, es uno de los episodios más épicos del Desembarco de Normandia. Este acantilado, situado entre las playas Omaha y Utah, era considerado uno de los puntos defensivos claves del ejercito alemán y ponía en riesgo el éxito de la operación Overlord. En esta entrada, os queremos contar que sucedió allí, una historia legendaria condicionada por los errores, la dureza y la muerte.
Un objetivo llamado Pointe du Hoc
En los meses previos al desembarco, varios aviones aliados había inspeccionado todas las fortificaciones que formaban parte del conocido como Muro Atlántico, que como sabeís, consistía en una amplia red de infraestructuras construidas en la costa durante la II Guerra Mundial por los alemanes, para impedir una posible invasión del continente europeo desde Gran Bretaña por parte de los Aliados.
Una vez definida la zona ocupada por cinco playas en la región de Normandia como lugar más propicio para proceder a la invasión, se inspeccionaron con más detalles las infraestructuras defensivas de ese área. Aquí es donde aparece Pointe du Hoc, un prominente acantilado fortificado por los Nazis entre Omaha y Utah beach, que albergaba seis cañones capturados en la Primera Guerra Mundial, modelo GPF 155mm K418 colocados en fosas abiertas.
Las tropas que defendían esta estructura eran la segunda batería del Ejército Regimiento de Artillería Costera 1260 (2/HKAA.1260) y elementos de ataque de la división 352 de Infantería…
Pointe du Hoc contaba con 200 soldados de infantería alemanes ,4 emplazamientos para ametralladoras, 6 marcos para los cañones que os comentaba anteriormente y un búnker de observación. Por equipamiento y ubicación, su toma y destrucción eran claves, como paso previo al desembarco en ambas playas, para asegurar el éxito de la operación Overlord.
Preparando el asalto
Para tomar la batería había que escalar el acantilado. Esta tarea se encomendó a un grupo especial del ejercito americano, el 2º Batallón de Rangers, comandados por el coronel Rudder. Para su éxito, se tenía que desarrollar de forma muy precisa y por sorpresa. Antes del amanecer, 225 soldados, debían subir por los dos extremos de Pointe du Hoc y tomar los bunkers y garitas construidos, destruyendo toda la artillería que encontrasen a su paso. Una vez conseguido, darían aviso a la flota para que enviaran tropas adicionales y proteger el sitio de los posibles contraataques.
Durante los meses,días y horas previas al asalto, la zona sufrió continuos ataques aéreos a manos de los aliados. Todavía hoy, al visitar Pointe du Hoc, puedes ver los cráteres provocados por dichos bombardeos.
El día D o de cómo todo se puede complicar más de lo esperado
El inicio de la operación, el 6 de junio, fue un completo desastre. El traslado por mar de los 225 Rangers fue un autentico cúmulo de calamidades. Un error de orientación de la primera barcaza, les hizo alejarse del objetivo y perder más de media hora en llegar, perdiendo el factor sorpresa del ataque y siendo divisados por los alemanes. Las fuertes corrientes y el estado de las tropas (mareadas y cargadas de pesados equipos) hicieron el resto.
Una de las lanchas volcó y la mayoría de los soldados que iban en ella, fallecieron al hundirse en el mar, debido al peso del equipo que llevaban.
Los que llegaron a pies del acantilado se encontraron con un ejercito alemán al que le había dado tiempo de organizarse y armar la línea defensiva.
El estado de los soldados, los nervios y la fuerte resistencia alemana, provocaron que no se siguiera el plan inicial el acantilado por los extremos. Eligieron una zona centrada para proceder a la escalada. Imaginaos la escena: una gran cantidad de soldados caídos durante la ascensión, fruto de los disparos y granadas lanzadas por los alemanes y del desplome de la mayoría las cuerdas y escaleras que se fueron instalando por el exceso de peso que soportaban….
Pero pese a todo, algunos llegaron a la cima y tras varios minutos intercambiando disparos, consiguieron hacer huir a los soldados alemanes.
Una vez tomado Pointe du Hoc, llegaron más sorpresas…
La primera era que no había ni rastro de los seis cañones que eran el objetivo principal de la misión…
La segunda fue provocada por la tardanza en realizar el asalto y no poder mandar la señal acordada a tiempo. Los mandos, al no recibirla, pensaron que había sido un fracaso y decidieron no enviar las tropas de apoyo previstas al acantilado, dirigiéndolas a Omaha Beach. Pese a las continuas peticiones de refuerzos por parte del Coronel Rudder, durante 48 horas tuvo que hacer frente a la defensa de Pointe du Hoc con los soldados que sobrevivieron al asalto, agotados, con apenas comida y en muy malas condiciones.
En esos dos días, sufrieron varios contraataques alemanes hasta que finalmente, la mañana del 8 de junio, aparecieron los tanques y soldados del Regimiento de Infantería 116 aliados…
De los 225 soldados que comenzaron la misión, solo quedaron 90 con vida. Los 6 cañones y gran parte del armamento que se pensaba tomar en Pointe du Hoc habían sido trasladada por los alemanes en los días previos al asalto, para protegerlos de los bombardeos aliados.
Fueron encontrados muy cerca, en una batería llamada Maisy, desde donde se disparó gran cantidad de munición sobre las cabezas de playa que estaban siendo tomadas por los aliados el día D. De esa lugar os hablaré en la próxima entrada sobre el desembarco.
Pointe du Hoc en la actualidad
Pointe du Hoc es, junto a los cementerios de La Cambe y de Coleville-sur-Mer y la batería Maisy, el lugar que más me ha impresionado de los relacionados con el desembarco. Al llegar puedes ver un museo dedicado a la batalla y un monumento conmemorativo. También puedes entrar en un búnker defensivo…
…imaginar las condiciones en las que vivieron los soldados alemanes y americanos en esos días…
y revivir un episodio que merece pasar a la historia…
Somos afortunados de no tener que vivir cosas así…