Ayer caí en la cuenta de que hoy se cumplen dos años desde que publiqué la primera andanza. Tras revisar el histórico de entradas, leer antiguos textos y recordar aventuras aderezadas con música, me doy cuenta de lo afortunado que he sido en todo este tiempo.
Las experiencias adquiridas, la oportunidad de conocer otras formas de vivir o pensar, de descubrir blogs e interaccionar con sus autores, de aprender de los comentarios que dejáis por aquí.. hacen que este pequeño rincón merezca la pena.
Y todo esto ha sucedido en un escenario de crisis y crispación, donde se ha perdido un poco la perspectiva o visión de lo que realmente es importante, simplemente para alcanzar objetivos cortoplacistas impuestos por unos pocos.
Y esta situación me molesta y duele cada vez más. Las redes sociales en las que participo se llenan cada día de más violencia verbal y de “auto-reafirmaciones” de credos políticos basados en esparcir mierda sobre el que piensa diferente. De insultos, desprecios y falta de comunicación.
Las campañas electorales y los mensajes de nuestros gobernantes se llenan de eslóganes mediocres y mentiras. De discursos basados en predicar el “tu más” (sinvergüenza, ladrón o corrupto) mientras se alejan de aportar soluciones a las necesidades reales de mi gente, país y mundo.
Y somos más pobres, porque esta crisis no la pagan todos. Estamos viviendo el mayor numero de recortes sociales que se recuerda, mal vendiendo los logros de otras generaciones, empobreciendo lo que es de todos. Y pese a que tenemos parte de responsabilidad, aquellos que son mal culpables salen indemnes y en algunos casos fortalecidos.
Estamos perdiendo una oportunidad única de cambiar las cosas, de luchar por lo que creemos. De terminar con situaciones injustas, de privilegios heredados por instituciones antidemocráticas impuestas, de mala gestión, de derroche, fraude y cultura del pelotazo.
Y todo esto no se consigue sólo a base de recortes, necesitamos inversión en educación, que apueste por fomentar la actitud emprendedora en las escuelas, el desarrollo personal de los alumnos, que convierta la universidad en un vivero de empresas y crecimiento económico. Nos hace falta una política de infraestructuras lógica y adaptada a nuestras necesidades, políticas de conciliación de la vida laboral y familiar, en un cambio real en el sector productivo de este país y una lucha más eficaz contra el fraude (fiscal y laboral y en la gestión pública).
Pero tengo la impresión que eso no va a suceder, gobierne quien gobierne, porque aquí la planificación a largo plazo no interesa. En este país se discute más por la asignatura de educación para la ciudadanía o de religión que de otras cosas. Se permite que determinados delitos relacionados con la gestión y la corrupción prescriban. Se nos habla de productividad desde ámbitos empresariales que nunca la han potenciado, porque en muchos casos solo han pensado en el pelotazo y la explotación. Se mantienen estructuras sindicales anquilosadas en el pasado que no representan a casi nadie. Se aumenta la presión fiscal contra la clase media y baja, mientras otros siguen exentos de determinados impuestos.
En fin, perdonar por la lluvia de ideas desordenadas y la mezcla de conceptos. Me imagino que necesitaba desahogarme. Como decía hace dos años en la primera entrada, para mi cada publicación es una pequeña sesión de terapia. Me imagino que en algunas cosas que he escrito estaré equivocado. Han salido de una parte de mí que no me gusta mucho porque es demasiado visceral.
Lo curioso es que pese a todo, sigo pensando que otra realidad es posible, que depende de nosotros. Tal vez para conseguirlo, tendríamos que abrir un poco más los ojos o como dice Gomez en esta canción “Ver el mundo”
Gracias por estar ahí estos dos años..