En la capital de mi adorada Irlanda hay un lugar especial que cruza desde hace dos siglos el Liffey. Un puente de hierro fundido y madera que se conoce como Ha’penny Bridge. Ver como atardece en Dublín con él de protagonista, debería convertirse en actividad de obligado cumplimiento en tu visita…
Recibe el nombre oficial de Liffey Bridge, aunque cuando se construyó fue bautizado como Wellington Bridge (en honor al Duque). Pero de esto me he enterado al escribir la entrada porque allí todos lo conocen como Ha’penny…
El origen de este puente es curioso. Su constructor, William Walsh, disponía de una pequeña flota de transbordadores para cruzar el río. Estos estaban en tan mal estado que las autoridades le ofrecieron dos opciones: arreglarlos o construir un puente.
Para sufragar el coste de construcción y seguir generando ingresos con su negocio, se le permitió cobrar durante cien años un peaje. Medio penique al principio (de ahí su nombre popular Ha’Penny) que terminó convirtiendose en uno y medio.
Una de las condiciones que aparecían en el contrato de explotación del puente suponían un gran riesgo para el constructor. Si los ciudadanos de Dublín ponían objeciones al puente o el peaje durante el primer año de funcionamiento, éste tendría que ser demolido sin recibir ninguna compensación económica. Por lo visto, no hizo falta…
Cuando lo cruzamos ya habían sido retirados los candados que ponían las parejas de enamorados como recuerdo…
…pero sigue siendo uno de los rincones más románticos y bonitos de Dublín. Y cuando anochece…más…
Creo que no hay una canción mejor para esta entrada…