Si en Praga no pasas por el Puente de Carlos (Karluv Most) no puedes decir que has estado allí. Esta maravilla gótica del Siglo XIV, que cruza el río Moldava, une la ciudad vieja con Mala Strana (ciudad pequeña) y esta lleno de sorpresas…
Y lo cierto es que terminas pasando por el varias veces al día y siempre parece un puente distinto. Hoy os quiero hablar de la primera vez que lo cruzamos, veníamos de ver el Reloj astronómico (Orloj) y nos acercamos a el por la calle Karlova.
Impresiona atravesar una de las dos torres que lo custodian (la otra está en el otro extremo) y adentrarte en el puente divisando las primeras estatuas…
Casi 500 metros de calzada y 16 arcos de roca arenisca de Bohemía conforman el que durante mucho tiempo fue el único puente de la ciudad. Su construcción comenzó en 1357 bajo el reinado de Carlos IV y se terminó a principios del siglo XV.
Destaca por las 30 estatuas de carácter religioso que están colocadas sobre los pilares del puente. En la siguiente imagen podéis ver la crucifixión de Cristo tallada en bronce con la Iglesia de San Nicolás y el Castillo al fondo. Las figuras son réplicas de las originales, ya que éstas fueron llevadas al Museo Nacional en 1965 para protegerlas tras la última gran inundación.
Al sur del puente Carlos podéis ver el Most Legii, puente que une Malastrana con el Nové Mesto.
Pero la sorpresa de aquella primera visita fue descubrir a un quintento de músicos que estaban tocando casi a la mitad del puente…
Bajo el nombre de “Jazz no problem” deleitaban a los turistas que se cruzaban por su camino…
…consiguiendo que muchos, como nosotros, estuviéramos parados un buen rato escuchándolos. La música perfecta para este escenario…
Que sonaba así…
Por suerte, en el Puente Carlos suele haber siempre música de día. También podeis ver por allí a la famosa banda del puente (bridge band):
Continuamos nuestro camino…
…observando el puente Masenuv Most que te conduce de Mala Strana a Josefov, que es el barrio judío de Praga.
Cuesta creer que en este lugar se celebraran torneos, batallas y ejecuciones…
Si te apetece, puedes cruzarlo en barcazas tan curiosas como esta…
…o cenar en este barco-restaurante de noche…
Una cosa que me sorprendió era la forma que tenían de pedir dinero varias personas en el puente, durante horas en esta posición como si estuvieran implorando o rezando…
No podemos hacer una entrada de este lugar sin hablar de la estatua de San Juan Nepomuceno. Este santo era el confesor de la reina de Bohemia y se negó a romper el voto de secreto de confesión, por lo que fue martirizado por el rey Wenceslao IV de Luxemburgo y arrojado al Moldava, metido en un saco, desde el Puente de Carlos. Cuenta la leyenda que en ese lugar aparecieron 5 estrellas bailando en la superficie, por esta razón su figura se representa con un halo estrellado..
Casi al final del recorrido encontramos un pequeño canal y un molino de agua paralelo al río…
…antes de abandonar el puente cruzando la segunda torre rumbo a Malá Strana…