Uno de los objetivos de nuestro viaje a Escocia era dormir en un castillo. Tras una ardua labor de investigación de más de 10 minutos, encontramos la alternativa perfecta: Carbisdale Castle, un albergue-castillo en el centro norte de las Highlands, aislado y rodeado de naturaleza.
Carbisdale Castle, situado en la Región de Ross&Crosmarty, fue construido a principios del siglo XX por la viuda del Duque de Sunderland, y tras acoger a reyes y príncipes, fue donado en 1945 a la asociación de albergues escoceses (SYHA) y desde hace un par de años está cerrado debido a los altos costes necesario para su reparación.
Como curiosidades, formando parte de su impresionante fachada, el edificio cuenta con 365 ventanales y una torre con 3 relojes.
El Hall de entrada es espectacular, lleno de cuadros y esculturas, dando paso a varios salones, escalones y zonas comunes del albergue.
Nuestra habitación estaba situada en la segunda planta, en el ala donde se alojaba el servicio. El cuarto con seis literas era bastante sobrio y los baños comunes estaban en el mismo pasillo, justo enfrente. Encima de nuestra puerta se conservaban los timbres de aviso de las habitaciones principales.
Después de cenar, los cuatro compañeros de escapada intentamos buscar por internet los alojamientos para los siguientes días y, sin darnos cuenta, Chico desapareció.
Casí a las 10, Konsu y Migue se subieron a dormir y yo me quede curioseando por la planta baja. El albergue, pese a que en esas fechas estaba completo, parecía desierto.
Recorrí la biblioteca, ambas escaleras, el salón de la televisión, cocinas.. y tras media hora, continuaba solo.
Al rato apareció Chico en el Hall..
Había salido fuera y al querer volver, encontró cerradas todas las puertas de entrada al castillo. Tras un rato de búsqueda, localizó un acceso para el personal que estaba abierto. Al cruzarlo, apareció detrás de él un hombre con un palo de fregona que trabajaba en el servicio. Imaginaros el susto y además recibió de premio una bronca “escocesa” por estar en una zona no permitida.
Mientras se relajaba y me contaba lo que le había sucedido, nos hacíamos fotos sin sospechar que lo peor estaba por llegar..
Porque de repente, empezaron los ruidos, pisadas, crujidos..
Y un tremendo escalofrío empezó a recorrer nuestro cuerpo..
Pero armándonos de valor decidimos investigar..
Empezamos con una excursión-búsqueda de los famosos fantasmas que habitaban el edificio: el Gaitero McGregor, la dama de blanco, el soldado de la batalla de Carbisdale o cualquiera de los niños de la guardería..
Y un minuto después nos fuimos a la cama, ¡no por falta de valentía!, sino porque caímos en la cuenta de que con el acento que tienen los escoceses..
¡CUALQUIERA ENTIENDE AL FANTASMA..!