Calton Hill, situada en pleno centro de Edimburgo, es una colina que ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad. Alberga una serie de curiosos monumentos, es uno de los lugares favoritos para descansar o hacer un picnic de muchos edimburgueses, ha sido testigo de peculiares historias y tiene el honor de ser el primer parque público de la ciudad. ¿Te apetece dar un paseo y conocerlo un poco mejor?
Una curiosidad que se plantea al hablar de Calton Hill es el significado de su nombre. La primera vez que se tiene constancia o menciona es en 1456, cuando Jaime II concede varias tierras a Edimburgo y aparece citada como “Cragingalt”, que en gaélico significa “roca o cerro de la avellana “. Otros han conjeturado que su nombre proviene de derivaciones de “Choille-dun” (colina boscosa) o “cauldh-dun” (cerro negro), ambos también en gaélico. Otros sostienen que su origen es la derivación inglesada de “cold town” (la ciudad fría).
Al subir desde el centro de la ciudad, empiezas a divisar algunos edificios y monumentos, mezclados con algunas ruinas como los restos de la cárcel de Calton. Creo que merece la pena que os hable de algunos de ellos.
El monumento a Nelson
Construido, a principios del siglo XIX, para homenajear al Vicealmirante Nelson, tras su victoria y muerte en la Batalla de Trafalgar, es una curiosa torre de 5 plantas que cuenta con un mecanismo (bola del tiempo), de 1853, que indica a los marineros la llegada de la “una del mediodía” y poner en hora sus relojes.
El monumento a Dugald Stewart
Este monumento uno de los más fotografiados de la colina. Esta erigido en memoria de Dugald Stewart, escritor, matemático, filósofo y uno de los personajes más brillantes de Escocia en los siglos XVIII y XIX.
Fue diseñado por William H. Playfair tomando como modelo La linterna de Lisícrates, que podéis encontrar en Atenas y que también sirvió de inspiración para el monumento a Robert Burns que se encuentra al otro lado del parque.
Los observatorios
En el parque podemos encontrar dos edificios que sirvieron de observatorio astronómico. El más antiguo, Old Observatory House, es un impresionante edificio del siglo XVIII construido inicialmente como una casa familiar que era utilizada por los astrónomos.
Éste fue sustituido por el Observatorio de la ciudad, (City Observatory), un edificio neoclásico que fue el principal centro para astrónomos hasta 1896, cuando se decidió trasladarlo a Blackford, debido a la contaminación lumínica del centro de la ciudad.
Como curiosidad, os comento que el primer Astrónomo Real que trabajó en este edificio se llamaba Thomas Henderson. Se le atribuye el descubrimiento de la forma de medir el paralaje y la distancia a una estrella.
El monumento nacional
Cuesta trabajo creer que en el centro de una colina en Edimburgo se intentara construir una Acrópolis Griega. El conocido como “Monumento Nacional“, estaba destinado a ser una réplica del Partenón de Atenas y un homenaje a aquellos que murieron en las guerras napoleónicas. Diseñado el arquitecto William Playfair, que sólo pudo ver una fachada de su edificio terminada, ya que se agotaron los fondos y no se pudo terminar.
Por esa razón, fue conocido durante muchos años como “la vergüenza de Edimburgo“, pero en la actualidad se ha convertido en una referencia e icono de la ciudad. Una recomendación, si estás a finales de abril allí, no olvides subir para celebrar la llegada de la primavera, durante el Festival del Fuego de Beltane, que se celebra la noche del día 30.
Edimburgo desde Calton hill
Pero si por algo merece la pena visitar Calton Hill es por las vistas que ofrece de la ciudad. Su ubicación lo convierte en un estupendo mirador y una buena opción para situar los puntos más significativos de Edimburgo a tu llegada…
Os menciono los más significativos, como Arthur’s Seat (el asiento de Arturo), un antiguo volcán extinto y punto más alto de la ciudad.
La cúpula de la Universidad de Edimburgo…
El new town y el Fiordo del río Forth…
Leith (puerto de Edimburgo) y la isla Inchkeith…
El principio de la Royal Mile, a pies de Holyrood Park, el Parlamento, las lonas blancas de Dynamic Earth y el cementerio de la parroquía de Canongate…
Y no podíamos irnos sin una foto del castillo de Edimburgo…
Una autentica pasada ¿no?…
Espero volver allí otro día soleado…