En pocos sitios puedes percibir una impresión tan fuerte, serena y silenciosa de las consecuencias de la guerra como en el Cementerio Nacional de Arlington, en Washington, DC. En silencio y con la naturaleza como protagonista, miles de tumbas blancas forman hileras interminables que se pierden a la vista.
Y es que los números de este cementerio asustan, desde mayo de 1864 se realiza una media de 27 funerales cada día de trabajo. Y, aunque todos no han caído en acción, aquí se encuentran enterrados miles de fallecidos en los conflictos en los que ha participado Estados Unidos. Lugares como Corea, Vietnam, Europa, Irak y Afganistán…
En las 624 hectáreas en las que se asienta el cementerio, también podemos encontrar monumentos, memoriales, tumbas de veteranos y familiares…
…algunos tan famosos como los Kennedy…
…incluido Robert…
Y mientras miras al horizonte y solo ves pequeñas lápidas blancas…
…uno no puede dejar de hacerse una pregunta… ¿merece la pena?.
Cuando íbamos hacia la tumba del soldado desconocido, de repente empezó a llover con fuerza, fuimos corriendo al centro de recepción de visitantes y el viento empezó a soplar con tal fuerza que las puertas se abrieron y los folletos, papeles y algún panel empezaron a volar en el interior.
Se rumorea que ese día, un grupo de gaditanos salieron cantando, cuando solo caían unas gotas, debajo de un enorme plástico camino de una furgoneta, pero las pruebas fotográficas han sido requisadas…