En Chiang Rai, al norte de Tailandia, nos plantamos dos gaditanos en medio de nuestra luna de miel y nos apuntamos a dar un paseo en elefante en una reserva de lujo. Ésta forma parte del Anantara Golden Triangle, uno de esos hoteles únicos en los que sueñas con dormir una noche en tu vida y desde el que puedes visitar, como habrás intuido por el nombre, el famoso triangulo de oro.
Antes del paseo, pudimos darles de comer…(la apariencia de tranquilidad es solo eso…apariencia)
…acariciarlos…
…y subirnos en uno gracias a una pequeña estructura de madera…
Los inicios fueron complicados, cuesta abajo y sin poder agarrarte a ningún lado…
…pero poco a poco fuimos cogiendo el truco a la “silla” y al vaivén, y este recorrido terminó convirtiéndose en una experiencia increíble…
…decorada con algún ligero sobresalto producido por nuestro elefante cuando quería ir a saludar a sus amigos…
Antes de finalizar me gustaría hacer un pequeño comentario relacionado con el trato que vimos que se le daba allí a los elefantes. Tienen aspecto de estar bien cuidados, los trayectos no son complicados ni escarpados y paran varias veces para que beban y coman. El “conductor” lo dirige hablando o haciendo un pequeño ruido con la boca, no les golpea. Durante el paseo les dan un par de manguerazos de agua para refrescarlos. Además la reserva está diseñada para ellos, tienen muchos espacios para estar libres, por lo que vimos, trabajan muchos cuidadores.Tenían una zona a modo de hospital y “guardería”. En otros sitios, por las opiniones que leo en otros foros no es así, desgraciadamente.
Solo faltó encontrarnos con este…