“Tengo que decir que fue un período muy difícil. Todos tus sueños de la infancia se habían cumplido y teníamos el álbum más vendido del mundo y todo por lo que nos metimos en esto. Las chicas, el dinero, la fama y todo … todo nos había venido de cara y tenías que volver a pensarte por qué estabas metido en esto; fue una época bastante confusa y bastante vacía durante un tiempo ..”
(David Gilmour, Pink Floyd)
Tras la publicación del disco Dark side of the moon, del que os hablé en la entrada El gran espectáculo en el cielo, Pink Floyd llegó a la cima. Pero el éxito logrado y la fama, sumió al grupo en el desconcierto, unido a una profunda desilusión provocada por como funcionaba la industria de la música en esos años. Ese ambiente era el caldo perfecto de cultivo para un nuevo disco, wish you were here, grabado en Abbey Road los primeros meses de 1975 y que contenía cinco canciones.
Si algo se desprende el disco, es la inquietante sensación de orfandad y abandono que provocó en los miembros del grupo la marcha de su primer lider Syd Barret.
De su ausencia y del deseo de volver a la normalidad previa a la fama trata la canción que da nombre al disco, “Wish you were here”:
Además en dos de sus canciones, welcome to the machine y have a cigar, se realiza una profunda critica a la industria musical y a las personas que la dirigen.
Pero si una composición destaca entre todas es “Shine on you crazy diamond” que inicialmente iba a ocupar una cara del album pero debido a su tamaño, algo más de 25 minutos, tuvo que ser dividida en dos partes, dando entrada y finalizando el disco.
La canción es un homenaje a Syd Barret, que años antes tuvo que abandonar la banda debido a los problemas psicológicos que le ocasionó el abuso de determinadas drogas, y refleja el deseo de que volviera a ser ese diamante brillante que se desvaneció. Porque Syd fue un genio que quiso vivir muy rápido y no pudo parar…
“Recuerda cuando eras joven, brillabas como el sol…sigue brillando, diamante loco. Ahora hay una mirada en tus ojos, como hoyos negros en el cielo, sigue brillando, diamante loco”
Dos curiosidades, la primera, las iniciales en el título de la canción (SYD). La segunda, después de casi siete años sin verlo, un día en el que estaban grabando en Abbey Road el disco, Syd apareció por allí. Hasta pasado unos minutos no lo reconocieron, había engordado unos cuarenta kilos, tenía la cabeza y las cejas afeitadas, y seguía ausente, casi ido.
Cuentan que Roger Waters y Richard Wright no pudieron contener el llanto..fue la última vez que lo vieron con vida, aunque falleció 31 años después.. Os dejo con esta pequeña joya interpretada en acústico por Gilmour, espero que la disfrutéis…