Noe tiene la extraordinaria virtud de sorprenderme cada vez que me hace un regalo. Y lo consigue con la escasa, por no decir nula, información que consigue sacar de mí, ya que soy de esas personas que no suele pedir nada ni dar muchas pistas..
Así que cuando llegó el día de mi cumple y me dio aquel sobre, mi cabeza empezó a dar vueltas intentando imaginar su contenido.