Concarneau, es una de esas ciudades que reúnen la esencia del Finisterre y la Bretaña. Adentrarse en el recinto amurallado de la isla de Conq e imaginar como debía ser la vida de este localidad pesquera, debería ser una actividad obligada si te pierdes por esas tierras. ¿Te apetece descubrirla con nosotros?
Cuando te acercas con el coche a la ciudad huele a mar y eso me gusta. Es una sensación parecida a volver a Cádiz después de un tiempo fuera. En esta entrada, nos vamos a adentrar al centro histórico amurallado de la ciudad, que está rodeado de pequeños puertos pesqueros donde se cobijan todo tipo embarcaciones…
Concarneau, una ciudad fortificada desde la Edad Media
La tercera ciudad de la Bretaña (por número de habitantes) y una de las más visitadas, tiene su origen en la edad Media. En la pequeña isla de Conq se instalan unos monjes que dependian de la Parroquia de Beuzec.
Al final del siglo XI, se convirtió en la sede del señorío ducal de Conq. Poco a poco, la ciudad creció alrededor de la iglesia dedicada a San Guénolé. El templo que podéis ver ahora es bastante más moderno, el edificio actual sustituyó en 1830 a la antigua iglesia que se caía a pedazos.
El recinto amurallado, conocido como la Ville-Close, aparece documentado por primera vez en el Siglo XIV, donde se cita uno de los ataques que sufrió la ciudad y resistió. Circunstancia que se repitió a lo largo de los siglos…
La ciudad se convirtió en un importante puerto comercial, teniendo su máximo apogeo en el Siglo XVII. Había rutas comerciales con el Pais Vasco, Escandinavia…y desde aquí se importaban gran cantidad de productos (vinos, maderas, sardinas)… Resulta curioso ver como alguna salida a los embarcaderos recibe el nombre de “la puerta del vino”…
La ciudad es un importante puerto pesquero donde la sardina, producto estrella durante siglos, fue sustituida por el atún blanco en los últimos años…
La ciudad fortificada que podemos visitar ahora fue completamente restaurada en el siglo XIX. En ella podemos encontrar pequeños restaurantes…
…mezclados con tiendas de conservas y galerias de arte…
Una de las cosas más curiosas que descubrimos allí fue este pequeño ferry llamado “Le bac du passage”…
…que te lleva al otro lado del río en un trayecto que dura aproximadamente…..¡2 minutos!…Esta línea opera de esta forma desde el Siglo XVII…
Después de cenar (seguro que algún kit Bretón me tomé), emprendimos el camino de salida…
…guardando un buen recuerdo de esta preciosa ciudad fortificada…
Os dejo con la canción que ha estado sonando de fondo mientras terminaba esta entrada. Me encanta Birdy…