El Parador de Zafra es un Álcazar del Siglo XV convertido posteriormente en el Palacio de los Duques de Feria. Ha sido testigo de los últimos siglos de vida de esta villa extremeña, de raíces romanas e importante enclave fronterizo entre reinos taifas, que parece recobrar un esplendor que por ubicación, gastronomía y patrimonio jamás debió de perder. ¿Quieres conocerlo?.
En esta entrada os queremos contar algunas pinceladas de la historia de este edificio tan singular, de aspecto austero por fuera y majestuoso por dentro, para terminar dando un paseo por los torreones y almenas defensivas situados en la parte superior, desde los que se puede divisar Zafra y sus alrededores….
La historia del Palacio de los Duques de Feria
En 1394 Enrique III dona la ciudad a Gomes Suarez de Figueroa, quien había sido camarero de la Reina e hijo del Gran Maestre de la Orden de Santiago. Su sucesor, Lorenzo Suarez de Figueroa, conocido por los vecinos como “el Magnífico”, comienza a hacer de Zafra el centro del Señorío de Feria.
En 1437 decide construir el Álcazar que termina en un tiempo récord de seis años. Como curiosidad, inicia las obras antes de recibir el permiso de Juan II de Castilla, que llegó cuatro años después, en 1441.
Bajo su señorío se terminó de amurallar la ciudad, infraestructura imprescindible para poder defenderla y fiscalizar la actividad de vecinos, comerciantes y viajeros. Además fundó el hospital de Santiago y terminó el Monasterio de Clarisas de Santa María del Valle, que se convertiría en el panteón del linaje de Feria.
De esta época ha llegado a nuestros días una parte importante de la estructura y exterior del edificio, destacando la Torre del Homenaje, que servía de puesto de vigilancia y que mide treinta metros de altura y doce metros de diámetro.
En el siglo XVI, el señorío de Feria recibe el noble título de Conde y posteriormente el de Duque por Felipe II. Es en esa época cuando se inician una serie de reformas para darle al interior un aspecto más renacentista y transformar el álcazar en un palacio. De esos años destacan la reforma de la capilla…
a la que se añade el impresionante artesanado mudéjar que cubre el ábside…
…similar al existe en otra estancia que se construyó en esa época “la Sala Dorada” en la que puedes dormir si quieres…
También se procede a la construcción de dos galerías , se reestructuran algunas dependencias interiores y se construye el patio interior de mármol blanco…
Tras los años de gloria, en los que recibe la visita de personajes ilustres como Espronceda, Zurbarán o Hernán Cortés, el palacio entra en decadencia y recibe diversos usos (cuartel, prisión, hospital, sede de algunos servicios oficiales, colegio, instituto de bachillerato, escuela de arte y oficios), hasta que en 1965 comienzan las obras para convertirlo en Parador de Turismo.
Un paseo por las torres y almenas del Parador de Zafra.
Tras conocer el patio y las estancias más importantes del palacio (capilla y sala dorada), nos adentramos en un pasillo blanco que acababa en unas escaleras empinadas. Al subir por ellas, me pareció haber entrado en una maquina del tiempo y estar en otra época…
Entre almenas y torres defensivas, caminando por estrechos pasillos e imaginando como sería la vida allí en el siglo XV…
Descubriendo relojes de sol…
y pudiendo contemplar…
…una maravillosa villa llamada Zafra…
que decidimos recorrer buscando rincones tan curiosos como las plazas grande y chica…
Una delicia ¿no crees?. Seguro que vuelvo…
Esta andanza forma parte del blogtrip organizado por la D.O. Ribera del Guadiana #rutadelvinoRiberadelGuadiana. Como siempre, se basa en experiencias vividas por el autor, sin estar sometido a ningún tipo de revisión o censura por parte de los organizadores.