Reconozco que de Saint Andrews solo conocía su campo de golf. Ni me imaginaba que esta ciudad de mi adorada Escocia, coleccionara una gran cantidad de anécdotas históricas y dos de las ruinas más impresionantes que he visitado en mi vida, el Castillo y la Catedral. Ésta es la crónica de una visita alejada del césped, palos y hoyos del Royal and Ancient Golf Club y de un pequeño viaje en el tiempo.
Parece un milagro que todavía este en pie parte de la fachada de la que fue la mayor Catedral de Escocia antes de que llegara la Reforma. Desde la carretera, empiezas a admirar las formas de lo que en su dia fue un edificio majestuoso…
Y solo con asomarte por la puerta te haces idea de sus dimensiones (pensad que ocupaba el espacio entre las dos fachadas que veis en la foto)…
Disfruté mucho paseando por su interior e imaginando como era…
Y es que la historia de este templo empieza en el año 742, al llegar aquí las reliquias del apóstol San Andrés. Sobre una zona rocosa pegada al mar se levantó una iglesia llamada St Mary on the Rocks para albergarlas.
Más tarde, se estableció allí una comunidad de agustinos que en 1140 construyeron la iglesia de St. Rules. Aun se conserva la torre y la podeis visitar.
En 1160, el Obispo de Sant Andrews promueve la construcción de una gran catedral de estilo Gótico. Se emplean 158 años para su finalización, no exentos de todo tipo de contratiempos: incendios y temporales (conocidos con el curioso nombre de Galernas). Tras su inaguración sigue sufriendo las inclemencias del tiempo que en el Siglo XIV y XV destruye algunas partes del edificio.
Y justo cuando se reabre el debate sobre su reconstrucción estalla la Reforma Protestante y este templo Católico sufre fuertes ataques y queda en el estado de ruina y abandono que podeis ver ahora. Se comenta que muchas de las casas de Saint Andrews cuentan con piedras “tomadas prestadas” de la Catedral.
A pocos metros y siguiendo el pequeño paseo marítimo…
Nos encontramos con estas piscinas…
…y las espectaculares ruinas de un Castillo…
Construido a principios del Siglo XIII para albergar a los obispos de la ciudad, cuenta con una historia muy a la “Escocesa”…
Un breve paréntesis, a la entrada, puedes visitar una exposición para conocer como se llevo a cabo su construcción y conocer como se desarrollaba la vida en su interior.
Pero no nos despistemos, os voy a contar tres anécdotas históricas que justifican la frase que he empleado antes…
En el Siglo XVI, motivada por la Reforma, hubo una guerra entre Católicos y Protestantes. Uno de los lideres reformistas, George Wishart fue quemado enfrente del Castillo por orden del Cardenal Beaton.
Como venganza, los reformistas ocuparon el Castillo comandados por Knox. Los católicos idearon un plan para recuperarlo, excavar un túnel que les llevara a su interior y atacar por sorpresa. Lo divertido de la historia, es que los protestantes descubrieron el plan y decidieron cavar otro para interceptarlos. Ambos se pueden visitar.
La última curiosidad de este edificio que os quiero contar tiene que ver con sus calabozos y sus peculiares formas. Unos “acogedores agujeros” con forma de botellas esculpidos en la roca y conocidos como (Bottle dungeon)…
Impresiona, ¿no?. Así que ya sabeis, aunque no sepáis jugar al golf hay que ir a Saint Andrews… Y si es escuchando a Paolo Nutini… mejor…