Hay experiencias de los que oyes hablar toda la vida y terminas pensando que nunca las vas a poder realizar. Hace poco, durante mi viaje a Jordania, he tenido la suerte de poder tachar una de mi lista: bañarme en el Mar Muerto.
Poder flotar en el agua y experimentar una sensación diferente y extraña, acompañada de un pequeño tratamiento con lodos en este enorme “Spa” al aire libre… ¿Nos acompañáis?