Si tuviese que elegir, entre mis recuerdos, un rinconcito de Buenos Aires donde volver a perderme, ese sería sin lugar a dudas el barrio de San Telmo. Quizás será porque al pasear por sus calles me sentía como en casa, ya que su estética, su luz y la vida que se respira en él, guarda muchas similitudes con el centro histórico de mi ciudad, Cádiz.
San Telmo es el barrio más pequeño, antiguo y tradicional de la ciudad. Aún conserva ese sabor añejo con sus calles estrechas y adoquinadas, llenas de casas señoriales del XIX.