La Dehesa es probablemente uno de los ecosistemas más singulares del planeta. Un modelo tradicional de desarrollo sostenible que conserva toda su vigencia en la actualidad. Y poder visitarla en Extremadura es un auténtico espectáculo. ¿Os apetece conocerla con nosotros?
Reconozco que no es como esperaba, creía que me iba a encontrar un paraje árido y hóstil. Afortunadamente, descubrí un lugar fascinante…
…pasear por la dehesa es descubrir una flora y fauna múltiple y variada, un colorido que te atrae y te obliga a hacer fotos compulsivamente…
Desgraciadamente para nosotros ya no era época de montanera, los únicos animales que íbamos a ver ese día eran estas ovejas…
…lo que hubiese dado mi sobrina Agui por estar metida allí dentro…
Pero bueno, todo no iba a ser disfrutar…
…nos tocaba trabajar…
y gracias a Juan Ignacio Vazquez de Ibéricos Juanes, pudimos hacer una cata donde descubrimos…
…que lo que parece más bonito o es más dulce no es el producto más natural, saludable y auténtico. Me resulto curioso la cantidad de cosas que le echan a los alimentos para que sean más fáciles de vender y como pierden todo su carácter y sabor. Ese día aprendí a valorar y diferenciar el proceso de elaboración natural del artificial…
Y por suerte, también recibimos una clase magistral sobre este entorno que intentaré resumir en algunas líneas…
Este ecosistema es el que le aporta al jamón ibérico sus especiales características…
La encina y el alcornoque son las especies que dominan este espacio. La combinación de pasto y bellota es el alimento perfecto para el cerdo ibérico…
Éste se cría mayoritariamente en régimen extensivo, con una cuidada alimentación que se basa en el pasto de la dehesa y, muy especialmente, en el aporte de la bellota. La paridera tiene lugar en junio y diciembre y cada cerda viene a tener entre 5 y 8 lechones.
En un primer momento, tras la lactancia, los animales son alimentados en las rastrojeras. Esta fase de cebo es un momento crítico, ya que en este periodo las carnes del cerdo adquieren sus características organolépticas diferenciadoras (sabor, textura, olor, color).
Y es justo en ese momento, cuando entra en juego este lugar que visitamos. Se conoce como “la montanera” a las temporadas que los cerdos pastan libremente por la dehesa coincidiendo con la caída de la bellota, que aporta los nutrientes ideales para conseguir su especial configuración.
A esto hay que sumar el ejercicio físico que desarrolla en sus constantes paseos por la dehesa. Así que podemos decir que el secreto del éxito del cerdo ibérico es la combinación de bellotas y ejercicio, que garantizan la calidad del producto.
Y aunque os dije antes que visitamos la dehesa unas semanas después de ésta época y no pudimos ver corriendo por allí a los cerdos, uno de nuestros compañeros de escapada, Juan Antonio Narro de narrogeographic, si pudo hacerlo unos meses antes y me ha cedido estas fotos…
Gracias Juan Antonio. Un sitio increíble ¿no creéis?.
La canción de esta entrada no podía ser otra…
Esta andanza forma parte del blogtrip organizado por la D.O. Ribera del Guadiana #RutaJamonExtremadura. Como siempre, se basa en experiencias vividas por el autor, sin estar sometido a ningún tipo de revisión o censura por parte de los organizadores.