“No puedes pasar por Burdeos sin visitar Saint Emilion“, menos mal que te hice caso, Jose. Puedo cerrar los ojos y recordar el primer paseo que dimos por allí, recién llegados de la capital. Se recorre en poco tiempo, pero lo que te pide el cuerpo es quedarte allí días. Descansar, recorrer sus viñedos y abrir una botella de vino mientras charlas con su gente. En este post os quiero enseñar sus rincones más conocidos, ¿te apetece visitarlo?
El presente y futuro de este pequeño pueblo de Aquitania están íntimamente relacionados con una curiosa combinación de dos hechos históricos separados entre si 1.000 años. El primero de ellos es obra de los romanos, que en el siglo II A.C. decidieron empezar a cultivar la vid en sus tierras. El segundo, corresponde a un monje bretón llamado Emilión que decidió retirarse en este lugar para dedicarse a la oración. Se hizo famoso por sus milagros y generosidad, consiguiendo que se le unieran muchos adeptos. Se dedicó a evangelizar a la población de la zona, creando así una gran ciudad monástica que recibiría posteriormente su nombre.
La iglesia monolítica
Empezamos a recorrer Saint Emilion visitando la plaza donde se encuentra una curiosa iglesia, excavada en la ladera de la colina principal sobre la que se asienta la ciudad. Construida entre los siglos XII y XVI está coronada por una espectacular torre y es la más grande de Europa de este tipo (monolítica).
¿os podéis llegar a imaginar la cantidad de esfuerzo y destreza que tuvo que ser empleado para ello?
La torre del castillo del Rey
Visible desde todo el pueblo, esta torre de planta cuadrada fue construida en 1237 por orden de Enrique III, Rey de Inglaterra y duque de Aquitania. De estilo románico, consta de dos plantas sobre una cavidad subterránea que permite acceder a ella desde la ciudad medieval. Antiguo Ayuntamiento, está registrada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Esta fortaleza albergaba el Ayuntamiento hasta 1608.
Callejeando por Saint Emilion
Pero sin duda, uno de los mayores espectáculos que te brinda esta villa es poder pasear por “Les tertres” (montículos), callejones peatonales empinados, pavimentados de forma caótica y atrapados entre bellos edificios de piedra, con tiendas de ensueño, cafeterías…
…calles que te acercan a rincones como la Puerta de la Cadena que separaba socialmente a los habitantes de la parte alta (religiosos) y de la parte baja (población secular).
Y esta casa que recibe el mismo nombre que la puerta, del siglo XVI y única superviviente de este tipo en la villa…
…que tanto me recuerda a la arquitectura bretona que vimos los días siguientes.
También puedes subir hasta la plaza que está justo encima de la Iglesia Monolítica para disfrutar de estas vistas…
Bordeando la muralla
Si decides salir del casco histórico no tardas ni un minuto en encontrar la estampa que hace famosa a la villa…
…5.400 hectáreas de viñedos que puedes recorrer de múltiples formas, en bici, paseando, en autobuses turísticos que con suerte concluirán en algunos de los Chateau (bodegas) que producen alguno de los mejores vinos del mundo.
Aquí se concentra el 6% de los viñedos de Burdeos y se recogen principalmente estas 3 variedades de uva: Merlot (60% de las plantaciones), la Cabernet Franc (o Bouchet, casi el 30%) y Cabernet Sauvignon (unos 10 %). La composición del suelo (piedra caliza con arcillas, arena de feldespato y grava) y el clima, dotan a esta región de unas condiciones perfectas para madurar la vid y producir vinos.
Y entre viñedos puedes encontrar restos de murallas y muros como éste, que formaba parte de un monasterio dominico del Siglo XIII, que fue destruida un siglo más tarde, a principios de la guerra de los cien años, por su cercanía al recinto amurallado.
También puedes visitar la iglesia Colegiata, construida entre los siglos XII y XV que albergaba el colegio de canónigos agustinos que permaneció en el monasterio hasta el final de la revolución francesa…
y su espectacular claustro, al que también puedes acceder desde la plaza que está justo encima de la iglesia monolítica.
o contemplar las ruinas del majestuoso palacio del cardenal, del siglo XII…
…y siempre tendrás de referencia a las dos torres de la ciudad…
…aunque si te das la vuelta, encontrarás los auténticos reyes de la villa…
Para finalizar, la canción de este entrada, como os podéis imaginar, va de vino…