Preparando nuestro paso por Kioto, en cada página que leíamos, guía que consultábamos, viajeros a los que preguntábamos, todos nos recomendaban como imprescindible la visita a Kinkaku-Ji, conocido como el templo del pabellón dorado. Y, en nuestro primer día en la ciudad, allí nos plantamos…
Este templo Zen es probablemente uno de los lugares más bonitos que he visto en mi corta vida viajera. Construido cuidando el equilibrio con la naturaleza que le rodea, impresiona la primera vez que lo tienes delante de ti…
Hacemos una breve parada en la andanza para ofrecemos el “momento postal” de la entrada…
El complejo fue construido para servir de casa de retiro del comandante del ejercito (shogun) Ashikaga Yoshimitsu. Este había decidido que a su muerte, que se produjo en 1408, el lugar se convirtiera en un templo Zen de la secta Rinzai.
El edificio principal está compuesto por tres plantas construidas en estilos diferentes…
La primera es de estilo imperial y es conocido como la Cámara de las Aguas, (Shinden-zukuri). La planta intermedia, de estilo samurai, es conocida como Torre de las Ondas de Viento (Buke-zukuri) y en su interior encontramos una figura de Bodhisattva Kannon. En el tercer nivel, de estilo Zen, llamado Kukkyoo-choo, contiene varios Budas y figuras de Bodhisattvas.
Es una delicia pasear por sus jardines y estanques, sin prisas, de forma relajada…
Antes de acabar, quería comentaros varias curiosidades…
La principal característica del templo, es que los dos pisos superiores están completamente cubiertos de pan de oro.
Recibe el nombre formal deRokuonji y se ha incendiado varias veces a lo largo de su historia. El más recientemente sucedió en 1950, cuando fue quemado por un monje fanático, por lo que tuvo que ser reconstruido en 1955.
Kinkaku-ji sirvió inspiración para el nombre de otro templo de la ciudad Ginkakuji (Pabellón de Plata), construido por el nieto de Yoshimitsu y del que os hablaremos en otra entrada.
Me encantaría volver allí algún día…