De los diferentes casos que había compartido con mi compañero, ninguno se había presentado de manera tan sencilla y misteriosa como éste. Una simple tarjeta con el texto “Desmontando a Sherlock Holmes, 221B Baker Street“, captó la atención de ambos y tras inspeccionar el tipo de papel y la tinta, decidimos desplazarnos al lugar mencionado, que curiosamente era nuestro hogar. Al encontrarnos en ese momento en el club de Mycroft, optamos por emplear el metro, ya que los carruajes están un poco pasados de moda.
I. La trastienda
El primer hecho que nos llamó la atención fue la numeración de la calle, ya que carecía totalmente de sentido. Justo antes del número 221-B se encontraba el 237…
Al entrar en la casa de la señora Hudson , encontramos un espectáculo dantesco, varios desconocidos curioseaban las pertenencias de Sherlock que se encontraban duplicadas y marcadas con unas etiquetas.
– “Creo que nuestra casera está haciendo negocio a mi costa, Watson“, me dijo mientras se dirigía a una esquina.
Con las prisas, a Sherlock se le había olvidado parte de su indumentaria habitual, así que decidió acercarse a una estantería y empezar a probarse cosas.
– “Creo que este no es apropiado“…
– “Mucho mejor querido Watson…aunque me falta algo…”
– “¡Ya está!”
Y una vez equipado cambió el semblante y se dedicó a hacer lo que más le gusta…investigar, sospechar, deducir…
II. La extraña casa
Nada bueno se esperaba al cruzar la puerta de la casa, la presencia de un policía nos puso en alerta…
En la entrada todo parecía correcto, nada había sido cambiado de sitio…
Con cierta sutileza, mi compañero se dirigió a la primera planta…
En su dormitorio todo estaba extrañamente “ordenado”…
– “Creo que alguien ha estado limpiando, Watson y, como sabe, ese acto destruye las pruebas…”
– “Tal vez si descubrimos quien ha sido encontraremos la solución al caso” – le comenté.
– “¡Cierto!, vayamos al salón“…
Aquella habitación de la casa más parecía una feria que un salón…
Y en una esquina, de repente, apareció ella… Lady Marian Adler…
Aturdido, Sherlock se sentó en su sillón…
Aunque él no podía pensar, cautivado por la presencia de la señorita Adler…
Y mientras revisaba mi maletín…
…y mi diario…un extraño ruido llegó desde la planta de arriba…
– “¡Corramos, Watson, está es nuestra oportunidad!”
III. La planta superior
Algo raro se intuía que sucedia en aquel lugar, reflejos en el cuadro de los irregulares…
Al entrar en la primera habitación encontramos representados a los personajes de algunas de nuestras “andanzas”…
e incluso a nosotros mismos…
El señor Jack Prendergast de la “Aventura de la corbeta Gloria Scott“
El doctor Roylott de “la banda de los lunares”
Neville St. Clair que conocisteis en la aventura “El hombre del labio retorcido“.
“La desaparición de lady Frances Carfax” y “la liga de los pelirrojos”
Charles Augustus Milverton y Eva Blackwell..
Y, como no, Moriarty…
IV. El desenlace
Aturdido por todo lo que acabábamos de presenciar, me dirigí a Holmes…
– “Entonces, ¿qué cree usted que significa todo esto?”
– ” Que todo lo que ha visto es mentira, alguien ha cogido un edificio de la calle y lo ha habilitado como una tienda-museo sobre nosotros…”
– “Pero…¿hay algo que sea de verdad aquí?, ¿alguna certeza?…”
– “Una muy elemental, querido Watson…que Robin Jú… no está más gordito“…