La primera vez que pisé Tacheles me quedé con la boca abierta. Había oído hablar de la casa Okupa más famosa de Berlín, pero lo que encontré allí, superó todas mis expectativas.
Al año siguiente solo quedaba una pequeña zona del edificio abierto y el ambiente estaba mucho más cargado. Ahora que lleva unos meses cerrada, la echo de menos…
La historia y los diferentes usos que ha recibido el edificio han sido curiosos y diversos. Construido en 1907, llegó a ser en sus origenes el segundo centro comercial más importante de la ciudad. Bajo el nombre de “Friedrichsstadtpassagen“, se extendía hasta la Friedrichstraße. Y nació innovando, presentando un conjunto de diferentes tiendas compartiendo un mismo espacio e incluso la misma terminal de cobro (o punto de venta), que estaba situada en el centro.
Tras varios fracasos, reaperturas y 10 años en los que se desconoce para que fue usado (1914-1924), se reabrió como sala de exposiciones de la Allgemeine Elektrizitäts-Gesellschaft cambiando su nombre a Haus der Technik. En los años 30, el edificio empezó a ser frecuentado por los miembros del partido Nazi, que establecieron allí la sede del Gau Kurmark (uno de los distritos en los que dividieron el “Estado Libre de Prusia”). Su ático fue empleado como cárcel para los prisioneros de Guerra franceses.
Durante la batalla de Berlín el edificio sufrió bastantes daños aunque no suficientes como para destruirlo. En los años de la RDA, fue ocupado por pequeñas tiendas, artesanos, la agencia de viajes estatal y en el se instalaron una escuela de artistas, la escuela de comercio exterior y economía. También albergó a una empresa dedicada a la radio y tecnología.
Pese a su uso, una parte del edificio fue demolida en 1980, proyectándose la demolición total del inmueble para 1990. Tras la caída del muro y en plena reunificación, un conjunto de artistas, Tacheles Künstlerinitative, ocuparon el edificio y lograron parar la destrucción de la parte que quedaba en pie. Presentaron estudios que demostraban que la estructura no estaba dañada y era un espacio seguro para ser habitado. Incluso consiguieron que se declarara monumento histórico. Y aquí nace Tacheles…
A principio de los 90, varios artistas se instalaron como residentes, se adecentó parte del edificio e instalaron sus pequeños estudios…
Escultores, activistas, escritores, músicos, coreógrafos agitaban el panorama artístico de la ciudad convirtiendo este lugar en un referente, mientras continuaba la polémica sobre su ocupación, uso y futuro…
Se creó una sala de exposiciones, una cafetería, un cine, se adecentó el jardín trasero…
…y el proyecto de casa “de arte-okupa” empezó a ponerse “de moda”…
…a recibir visitas de curiosos y sobre todo turistas…
Recuerdo perfectamente la zona del jardín trasero…
…el ligero bullicio entorno a la barra de la terraza…
…este rincón que veía sentado en un banco…
…las pequeñas estructuras y pintadas…
Aquel concierto mientras nos tomabamos una cerveza…
…Algunas estancias curiosas…
…y accesos…
…a la cafeteria Zapata…
La primera vez que subí las escaleras del edificio…
…y sus paredes llenas de graffitis…
…los carteles…
Las vistas del jardín desde las escaleras…
Pero no todo era bonito, los “artistas-okupas” eran realmente inquilinos ya que el edificio fue comprado y se llegó a un acuerdo de alquiler que terminaba en el 2008. Muchos de ellos no veían bien la presencia de curiosos con cámaras, algunos eran bastante bordes con quien se acercaba por allí y no permitían sacar fotos en muchas zonas…
Por otro lado, los precios del bar eran algo más caros que en la media de locales de la ciudad y existían algunos puntos del edificio que más que al “arte” se dedicaban “al trapicheo”…
En 2011, y tras un pago realizado por una fuente anónima, se cerraron la cafetería y el cine. Algunos artistas resistieron 1 año y medio más, hasta que el 4 de septiembre de 2012, y ante la presión de los propietarios, salieron del edificio, después de 22 años.
El Metallwerkstatt sigue existiendo, ocupando una parte del jardín trasero. Y pese a los intentos por trasladar Tacheles a otro sitio…creo que ya no será igual…
Aunque siempre nos quedarán las fotos y los recuerdos…
La canción de la entrada forma parte de la banda sonora de la película “Goodbye Lennin“, su director se inspiró en Tacheles para algunas escenas, aunque la película no fue rodada allí. Disfrutad de Yann Tiersen…