Ayutthaya es uno de los lugares que no os podéis perder si visitáis Tailandia. Situada a 70 kilómetros al norte de Bangkok, fue la capital del reino Siam, desde el Siglo XIV al XVIII, y su parque histórico fue declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1991. Visitar sus templos y palacios convierten esta escapada en una mezcla de aventura, leyenda e historia, además de ser un placer para la vista. No os quiero abrumar con datos ni parrafadas, simplemente quiero que la conozcáis de la misma forma que yo lo hice.
Y para empezar, en esta entrada quiero presentaros el Monasterio Wat Yai Chai Mongkol.
Al sudeste del islote donde se encuentran las principales ruinas, este monasterio fue fundado en el siglo XIV para realizar la exhumación y cremación de los restos de dos príncipes que murieron de cólera. Inicialmente contaba con una estupa (estructura con forma de montículo que en su interior contiene reliquias budistas) y una sala de predicación. Lo primero que te encuentras al entrar es este Buda reclinado…
Construido en el siglo XVI tuvo que ser remodelado hace 50 años debido a los múltiples destrozos que le hicieron los cazadores de fortuna…
A escasos metros se encuentra la sala de ordenación de los monjes…
Y justo después, la estupa o chedi principal…
…a su derecha la galeria original y los restos de otra estupa.
La estructura principal esta rodeada por una enorme colección de Budas…
…vigilados atentamente por dos un poquito más grandes que custodian…
…la escalera principal de subida…
Y ahora, una pausa para el momento artístico-trascendental de la entrada…
Desde arriba las vistas son espectaculares…
Y puedes contemplar todas las estupas que se encuentran alrededor donde se guardan los restos de antiguos patrocinadores del templo…
También puedes encontrar imágenes tan singulares como estas…
Un lugar para relajarse, sonreír y que la felicidad que vamos disfrutando, como dice Weller, se convierta en nuestra ventaja competitiva…
Este paseo por Ayutthaya continuará…