Ser noble en Escocia está últimamente muy sobrevalorado. Cuando heredé, a la muerte de tito Charles, los tres títulos nobiliarios que poseo, creí que mi vida se transformaría en un camino lleno de lujo y rosas.
Ese día, salí de la notaria con las escrituras y arranqué corriendo el coche para visitar la primera propiedad que me habían concedido: el castillo de Ardvreck, del siglo XVI que está situado en Sutherland, al noroeste de las tierras altas (Highlands).
Cuando llegué me encontré esto:
No voy a describir lo que pensé en ese momento de mi tío y la herencia por no herir sensibilidades y faltar a su memoria. Para colmo, los habitantes del lugar me estaban esperando porque querían juzgar al político que democráticamente mi tío puso a dedo, un tal Frank Fields, porque “supuestamente” un tal “bigotes” le habían regalado unos trajes para que le dejará organizar no se qué..
Llamé a mi amigo Sir Perez de Vergara, experto jurista, y allí nos pusieron la cabeza loca..” Que si los trajes me lo he comprado yo pero metí en la lavadora el ticket “, “que si te quiero un huevo pero ahora no te conozco”, “que a ti no te contesto porque eres republicano”, “que si ahora me he dejado barba y ya no tengo bigote…”
Una vez recuperado de la semanita de sesiones, me fui a visitar mi segunda propiedad, el castillo Eilean Donan, situado en el noroeste de Escocia. La cosa parecía mejorar, por fin una morada digna para este humilde Lord..
Al día siguiente, me estaba dando una noble ducha, tras una dura jornada de cacería, cuando dos japoneses ataviados con cámara de fotos y vídeo, calcetines blancos y chanclas, corrieron la cortina y empezaron a gritarme… y es que mi tío había tenido la genial idea de ceder a una fundación los derechos para gestionar las visitas al castillo.
Así que no puedo pasear en pijama o calzoncillos por mi propia casa, me tengo que levantar todos los días temprano para que los turistas hagan fotos de mi cama y, para colmo, un actor disfrazado de un antepasado mío da vueltas por las salas, que casi me mata del susto la primera vez que me lo crucé.
Presa del agobio y la frustración llamé a mi primo Cayetano para que me organizara una escapada por sus tierras en Andalucía y así poder desconectar un poco.Ya tenía el billete de Ryanair imprimido y mi maleta de mano perfectamente montada, cuando me llama para decirme que se le ha calentado la boca diciendo lo que piensa del populacho y sus sirvientes lo han declarado persona non grata….Imaginaros mi estado de ánimo..estoy tan deprimido que no tengo fuerzas ni para asistir al curso de creación de Ong’s que da el marido de mi prima Cristina. Este verano me veré obligado a retirarme a mi tercera propiedad, el castillo de Dunnottar y alquilar un traje de buzo para bajar a darme un bañito a las calurosas aguas del mar del norte…
Si al final, me voy a tener que hacer demócrata..Por cierto, alquilo la primera propiedad a precio muy razonable. Interesados pónganse en contacto conmigo por aquí…