El camino desde la estación central de tren de Amsterdam a la plaza Dam es siempre un hervidero de gente. La calle Damrak está llena de restaurantes y tiendas para turistas donde te venden todo tipo de regalos o excursiones por la ciudad y alrededores.
Pero en una de las esquinas de la calle, apareció alguien que cambiaría mi recuerdo de ese lugar. Antes de presentarlo, necesito que para crear ambiente, escuchéis mientras seguís leyendo esta canción.
Y el caso es que no se si era el hijo de un predicador o si alguna vez había conseguido enamorar a Dusty, pero allí estaba con su brazo levantado hablando de Dios a gritos, del pecado, del mundo..
Y la mayoría pasaba sin prestar atención, mientras que otros sonreían y algunos se asustaban. Pero él seguía con su discurso..
¿Loco?, ¿Cuerdo?, ¿Acaso importa?. Probablemente sus pocas palabras sean más coherentes que las que recibimos de nuestros predicadores de todos los días.
Y puestos a imaginar, me hubiese encantado que hubiese empezado a cantar con la voz de Ben Harper:
” Puedo cambiar el mundo con mis propias manos,
hacerlo un lugar mejor ,con mis propias manos..”